Sunday 13 April 2008

Clemente



Clemente es un señor al que hemos visto por la tele toda la vida. Era (dicen) un buen jugador que se jodió la rodilla (en el campo o quizá en alguna bronca callejera), y que se vio obligado a retirarse prematuramente. Unos años más tarde, en los primeros ochenta, ganó dos Ligas con el Bilbao. Tengo un nulo recuerdo de aquello, aunque me acuerdo con relativa nitidez del Mundial 82, misterios de la memoria. Igual es algo que se ha inventado la prensa, yo no me lo creo mucho, la verdad. En todo caso, le he leído a Hughes que aquellas victorias de la Real y el Bilbao tuvieron algo de político, y me parece una teoría coherente: un pasito más en la política de apaciguamiento de aquellos años ("si les damos un poquito más se callarán"). Los equipos debían salir un poco acojonados ante los vascos, a los que "tanto se les debía".

En fin, Clemente dejó (cesado) el Bilbao, como dejan todos los entrenadores todos los equipos, y se fue al EspaÑol. Allí realizó también unas temporadas interesantes, llegando a aquella final aquella con el Leverkusen, que perdió tras ganar en la ida por 3-1 o algo así. Una cosa parecida a lo del Getafe de hace poco. De todos modos, en Estudio Estadio le dieron el trofeo de Entrenador del Año, que consistía en una especie de Copón de un metro de altura en cerámica, con tapa y textos grabados. Hizo la entrega José Ángel de la Casa, y presentador y entrenador degustaron en directo unos boquerones rebozados que se habían puesto en el interior de la Copa (auténtico).

Tras dejar el EspaÑol, Clemente pasó a otro equipo más nacional aún, la Selección, no sin cierta polémica estéril. ¡Como si pudiéramos empeorar mucho después de Luis Suárez o Miera! Con Clemente dio la sensación, por primera vez desde Miguel Muñoz, de que la selección jugaba a algo y de que se podían pasar rondas. Incluso se rodó un anuncio de la tele en el que salían Hierro, Clemente y Zubi de viejitos en el asilo, recordando cómo habían ganado el Mundial 94. En la vida real, el gen perdedor y Salinas (¡Salinaaaaas!) hicieron aparición, y palmamos con la Italia de Baggio.

Tras una progresiva degeneración de juego y resultados (¡se perdió contra Chipre!), Clemente salió prácticamente a escobazos de la Selección (ese equipo que no sentía realmente), y desde entonces puede decirse que se acabó su carrera. Había entrenadores con más talento, mejores métodos y más conocimientos en preparación física, o que simplemente estaban más de moda: Irureta, Benítez, Manzano, Floro... y a nivel internacional, los Capello, Lippi, Van Gaal, Hitzfeld... Clemente pintaba ya muy poco, con sus métodos de los 80 y su antipatía personal.

Desde entonces va pululando de un equipo a otro, viviendo de antiquísimas rentas y fracasando allá donde va, esperando que algún otro (Murcia, Irán...) se acuerde de su desgastado nombre. Hasta al "gran rival", la Real Sociedad, ha entrenado, y es que a muy pocas hace ascos el bueno de Javier por unos milloncejos (si estuvi hasta el último minito pensando en vivir con los ayatolás...). Pero lo más que logra es salvar a algún equipo del descenso, lo cual se apunta luego a sus "éxitos personales". Sigue siendo polémico, pero simplemente porque ser un tío desagradable, que ni siquiera hace gracia como un Luis Fernández. Para entendernos, no es igual la polémica que pueda generar un Mourinho, cuyos equipos son máquinas de fútbol, que la de Clemente, que suele ser por soltar algún exabrupto. Hoy en día no tiene fútbol ni triunfos que defender.

En cuanto a lo que dijo el otro día de que había mucha incultura en la grada del Bernabéu, pues la pura verdad, aquí se ha dicho muchas veces, lo cual no quita para que él sea un gilipollas. Independentista en el armario, antimadridista de siempre y futbolísticamente insulso. Muy completito, vaya. Esperemos que hoy le caigan tres o cuatro.

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