Hace exactamente un año, el hosco y obtuso entrenador del Real Madrid, por entonces técnico del Getafe y tertuliano televisivo, se pronunciaba sobre su posible llegada al club blanco: "Esa carrera la va a ganar Mourinho. Él será el entrenador del Madrid". Ahora, según la propia confesión del personaje, sabemos que por aquel entonces perdía el culo por venir y estaba "con la caña preparada". Aquellas declaraciones inusuales daban una pista bastante clara del destino del alemán.
De vuelta al presente, Chúster sorprende a propios y extraños asegurando que "seguirá en el Madrid gane o no la Liga”. No son las palabras de un hombre seguro. Cuando se tiene la certidumbre de algo, se sigue adelante como si nada, no se pone uno a sacar pecho. Estas declaraciones parecen un ejercicio de voluntarismo, mediante el cual Schuster quiere convencer, más que nadie, a sí mismo. Podemos creerle tanto como con lo de Mourinho el año pasado. Ramón Calderón se ha revelado como un superviviente, y sólo él tiene una idea clara de cuál puede ser el organigrama del año que viene. Cualquier cosa con no ser él el que caiga. Tan sólo tiene asegurado el puesto el reducido núcleo de imprescindibles, como Vlade Divac.
Por ello, tanto Mijtovic como Chúster pueden estar en la cola del paro dentro de poco (qué pena que ya no emitan el Rondo). "Perra Mija" tendrá que volver a sus labores de representante, toda vez que ningún club en su sano juicio dejaría acercarse a menos de tres kilómetros de su caja fuerte al hombre que ha dilapidado la mayor inversión de la historia del fútbol tras de la de Abramovich. Pero bueno, tampoco creo que vaya a pasar mucha hambre, ya ha chupado bien a gusto de la generosa teta blanca. El futuro de Chúsquer tampoco se presenta halagüeño: empeñado en quemar etapas demasiado rápido, salir como un fracasado del Madrid no te deja en la mejor situación profesional. Una larga travesía entrenando a equipos de mitad de la tabla o peregrinando por ligas raras sería sin duda un justo destino para este advenedizo proverbial. Aunque lo mejor de verdad sería que lo fichara su verdadero club, el Barça, para acabar de hundirlo. Lo que tengo claro es que hasta que no se marchen los cuatro jinetes del Apocalipsis (Calderón, Perra, Chúster y Baúl) será muy difícil que este club huela a limpio.
- Me lo estoy pasando pipa con la reclamación del Bilbao Basket. Que reclamen, que reclamen; que les salga baba por la boca. Ya tienen excusa durante una década para apedrearnos el autobús. No obstante, me encantaría ver qué habría pasado si el tapón "ilegal" lo hubiera hecho el Unicaja, pongamos por caso. Pero nada, que se diviertan a tope con su odio. Eso sí, si un día reventaran todos ellos no pidáis que me dé pena.
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